Lionel Messi vivió en la noche de este miércoles, quizás, su momento más triste desde que juega en el fútbol de Estados Unidos.
Su equipo, Inter Miami CF, al que llegó en julio, perdió la posibilidad de cosechar en un mes y medio el segundo título de su breve historia y él la de ganar la estrella 45 de su palmarés personal.
Pero, además, tampoco podrá contarla porque el director técnico Gerardo Martino decidió no arriesgarlo y no lo convocó para jugar la final de la US Open Cup, que con absoluta justicia deportiva se llevó Houston Dynamo FC con un triunfo que pudo ser más holgado de lo que marcó el 2-1 final.
Tanto «Tata» Martino como allegados al futbolista indican que el astro argentino «no está lesionado, pero siente una sensación de lesión» producto de una cicatriz de un antiguo desgarro en el isquiotibial derecho.
Martino consideró «imprudente» arriesgar a Messi en la final de la US Open Cup.
La molestia le impidió jugar con la selección argentina ante Bolivia, en la segunda fecha de las Eliminatorias sudamericanas, lo sacó del campo antes del descanso en el partido de la Major League Soccer (MLS) frente a Toronto FC y también lo marginó del clásico de Florida con Orlando City SC y de la final de este miércoles versus el conjunto texano.
«No era prudente que jugara. Está claro. Ni siquiera unos minutos porque corríamos riesgos de lesión», explicó Martino en la rueda de prensa posterior al choque, que se disputó en el DRV PNK Stadium, en Fort Lauderdale.
«Tata» apuntó al «desgaste físico» que han tenido «Las Garzas» desde julio último para justificar el flojo rendimiento de su equipo, sobre todo en el primer tiempo, en el que literalmente fue sometido por Houston Dynamo FC.
«Vi un equipo gastado. Esa es la realidad. En algún momento íbamos a sentir la gran cantidad de partidos, primero con lesiones y ahora en nuestro funcionamiento colectivo», argumentó el técnico antes de ponderar la evidente reacción que Inter Miami CF tuvo en la etapa complementaria, que atribuyó al «carácter de un conjunto que está perdiendo una final y quiere dar vuelta el resultado».
«Pero, la verdad, no lo merecíamos», se sinceró el entrenador rosarino.
Messi, quien vio el partido desde las gradas y acompañado por su familia, tiene una agenda exigente en las próximas semanas.
Su equipo está a cinco puntos de un puesto para intentar el acceso a la postemporada y le quedan cinco partidos para concretar un objetivo que, hasta su llegada, era casi quimérico.
De no poder lograrlo, su temporada con la franquicia floridiana acabará en octubre y lo que le quedará hasta finales de año serán cuatro duelos con la selección argentina, de las Eliminatorias para el Mundial de 2026: en octubre con Paraguay y Perú, y en noviembre con Uruguay y Brasil.