«El gol es el orgasmo del fútbol. Como el orgasmo, el gol es cada vez menos frecuente en la vida moderna. Hace medio siglo era raro que un partido terminara 0-0. Dos bocas abiertas, dos bostezos. Ahora, los once jugadores se pasan todo el partido colgados del travesaño, dedicados a evitar los goles y sin tiempo para hacerlos. El entusiasmo que se desata cada vez que la bala blanca sacude la red puede parecer misterio o locura, pero hay que tener en cuenta que el milagro se da poco», dijo alguna vez el escritor uruguayo Eduardo Galeano.
Futbolero como pocos, el autor de «Las venas abiertas de América Latina» seguro contempló desde el cielo el debut de Lionel Messi en Inter Miami CF y su cara explotó de júbilo cuando el astro argentino vulneró el arco del mexicano Cruz Azul con un tiro libre disparado por su zurda mágica.
«La Pulga» no para de asombrar, ni siquiera a los 36 años. Vivió con nerviosismo desde el banco de suplentes el primer tiempo del partido que dio inicio a la Leagues Cup, el torneo que durante un mes jugarán los equipos de la Major League Soccer (MLS) y de la Liga de México, saludó a todas las celebridades que presenciaron su debut, el jugador de baloncesto estadounidense LeBron James, entre ellas, y a los 53 minutos saltó al campo en medio de una expectativa que jamás había visto el DRV PNK Stadium de Fort Lauderdale.
«Messi es el único jugador que me hace soñar. Lleva la pelota adentro del pie», graficaba el inolvidable Galeano.
Al argentino se lo vio lúcido, veloz, participativo y hasta molesto cuando Cruz Azul estampó el 1-1 y el partido parecía irse a la tanda de los penales. Pero faltaba que él dejara su huella. Y en el tiempo agregado, inventó con oficio una infracción en el borde del área y en ese momento todo el estadio supo que Messi daría la victoria a su equipo, que no ganaba desde hacía 11 partidos.
Y «Leo» lo hizo, una vez más. Acomodó la pelota, miró el arco, visualizó el remate y colocó con maestría la «bala blanca» de Galeano en el ángulo superior derecho del arco defendido por Andrés Gudiño, su víctima de ocasión.
Quizás por primera vez en su carrera, el argentino se dio el gusto de atravesar el campo de juego para abrazarse con su familia tras hacerlo con sus compañeros. Las sonrisas de admiración de su compatriota Gerardo Martino, técnico del equipo, y del exfutbolista inglés David Beckham, socio minoritario de la franquicia, los eximieron de palabras.
Un tiro libre con el sello de Messi dio la victoria a Inter Miami CF sobre Cruz Azul por 2-1.
«Tuve la suerte de que la pelota pasara y fuera al arco. Es una alegría enorme conseguir este primer triunfo porque no venimos bien en la Liga. Es importante empezar a ganar, aunque sea en este otro campeonato. Para la confianza es muy bueno conseguir victorias», declaró antes de agradecer el cariño de la gente y de manifestarse nuevamente «muy feliz» por haber elegido Miami como su nueva casa.
«Messi es el único jugador que me hace soñar y amar», confesó Galeano en otra oportunidad. «Yo tengo una teoría sobre él, aunque no tiene base científica. Creo que ‘Leo’ es como un caso único en la historia de la humanidad, porque es alguien capaz de tener una pelota adentro del pie. Siempre se dice que (Diego) Maradona la llevaba atada, pero Messi la tiene adentro del pie, y eso científicamente no se puede explicar», argumentó el autor de «El fútbol a sol y sombra».
«Vos ves que lo persiguen siete, once o veintidós rivales para sacarle la pelota y no hay manera de sacársela. ¿Por qué? Porque la buscan afuera del pie, y está adentro. Ahora, ¿cómo puede caber una pelota adentro del pie? Es un fenómeno inentendible, pero es la verdad: él lleva la pelota adentro, no afuera», graficó el inolvidable montevideano.
Sea como sea, con goles orgásmicos, pases geométricamente imposibles o jugadas de otro planeta, parece que Lionel Messi todo lo puede, incluso personificar la maravillosa metáfora de Eduardo Galeano.